Cuando rompes ciclos generacionales dejas de jugar bajo las reglas del mantener el silencio, auto-abandono primero para mantener la relación y pretender que el amor disfuncional es amor. Estás saliendo del rol que necesitan que cumplas para mantener la ilusión intacta. Y cuando rechazas el rol que te asignaron, especialmente el de hija obediente, incondicional y perfecta. Te vuelves la disrupción. Empiezas a decir lo que otros niegan, establecer límites en lugar de doblegarse, empiezas a mostrar amor condicional y eso incomoda a todo el sistema. Lo obliga a una confrontación que han querido evitar por décadas. Y en lugar, de unirse a ti en la incomodidad, te rechazan y señalan como el problema. Lo más fácil es exhiliarte, en lugar de evolucionar contigo. Te llaman egoísta por poner límites, desagradecida por hablar la verdad y dramática por necesitar que se responsabilicen de sus acciones. Pero la verdad es que tu eres la que está haciendo el trabajo emocional que nadie más está d...
Nomada de norte-america, estratega en mercadotecnia y desarrollo de nuevos productos. Todo se puede mejorar siempre. Me encanta el cine independiente y escribir en este blog.