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Rompiendo ciclos generacionales

Cuando rompes ciclos generacionales dejas de jugar bajo las reglas del mantener el silencio, auto-abandono primero para mantener la relación y pretender que el amor disfuncional es amor.
Estás saliendo del rol que necesitan que cumplas para mantener la ilusión intacta. Y cuando rechazas el rol que te asignaron, especialmente el de hija obediente, incondicional y perfecta. Te vuelves la disrupción. 
Empiezas a decir lo que otros niegan, establecer límites en lugar de doblegarse, empiezas a mostrar amor condicional y eso incomoda a todo el sistema. Lo obliga a una confrontación que han querido evitar por décadas. Y en lugar, de unirse a ti en la incomodidad, te rechazan y señalan como el problema.
Lo más fácil es exhiliarte, en lugar de evolucionar contigo. Te llaman egoísta por poner límites, desagradecida por hablar la verdad y dramática por necesitar que se responsabilicen de sus acciones. Pero la verdad es que tu eres la que está haciendo el trabajo emocional que nadie más está dispuesto hacer y el precio es alto; soledad, sufrimiento, culpa y desconexión. 
Será muy difícil tener una conversación sobre esto (si es que se logra hablar) porque la mayoría de la gente no tiene las habilidades emocionales para escuchar la verdad y no colapsar a la vergüenza, culpa o negación. 
Ellos ven el desacuerdo como una falta de respeto, la rendición de cuentas como un ataque y el reconocer los daños ocasionados como difamación. 
No solo se confrontan dinámicas, sino sus identidades, su sentido de pertenencia, sus estrategias de sobrevivencia. Y si no han hecho trabajo de sanación (por ejemplo terapia), defienden esas estrategias como si sus vidas dependieran de ello, por que en algún momento de sus vidas así fue (por ejemplo cuidar su imagen publica).
Reconoce que no eres "demasiado". Eres incontenible, no cabes dentro de un sistema que te requiere permanecer pequeña y sumisa.
Romper ciclos tóxicos, no te hace la villana, te hace el inicio.
Y los inicios muchas veces se confunden con traición por aquellos que le temen al cambio, en lugar de anhelar la sanación (de las heridas del abandono).
Así que dejemoslos sentirse incómodos...
Dejemoslos que nos malinterpreten...
Dejemoslos estar en su propio silencio...
Tu estas construyendo una mujer fuerte dentro de ti y más allá de ellos.
Cuando rompes ciclos generacionales  disfuncionales, liberas a la siguiente generación.

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Te libero de mí

“Te libero de mí, de mis males, de mi malgenio, de los domingos por la tarde en donde nunca puedo más, del odio a mis cumpleaños, de no saber cómo hacer para regalarte algo que no pierdas.  Te libero de mi desengaño, de tu karma, de mis novedades, de la contradicción que represento. Te libero de mis llamadas que te saben a autocompasión, de mis enredos, de mi cabello suelto, largo, sin peinar.  Te libero de mi consciencia, del desconcierto a fin de mes, de la caída, de la llegada, de mi huida inevitable. Te dejo libre para que me dejes, para que me veas de lejos y me quieras, menos.” — Mario Benedetti