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Los 6 mil pesos de Cordero

Voy a empezar de adelante para atrás y eso sólo por llevar la contraria.

Hoy en la mañana me levanto y leo mi correo (como es costumbre) y leo las noticias del boletín de CNN México que me llega diario. El titular que más me llamó la atención decía: Las frases de Cordero, una bomba 2.0. Resulta que un ñor de Hacienda, dicen que consentido del presidente Felipe Calderon, se hechó la puntada de decir que con #6milpesos (así lo pueden encontrar en twitter) una familia mexicana puede pagar una casa, un carro y hasta colegios privados. Independiente de semejante incoherencia, lo que me llamó la atención es cómo le dan un lugar tan importante en todos los medios –tradicionales y redes sociales- en lugar de analizar que en México de los 110 millones que somos, 55 millones viven en pobreza y dentro de ese rango 30 millones en pobreza extrema (los datos numéricos los presentó el artículo de CNN) y que se hace verdaderamente para mejorar la vida de esos 55 millones de mexicanos. ¿Qué es lo que se hace?

Sinceramente me da flojera que acoten a una persona, cuando pueden haber muchas más que crean que la gente es pobre por que no le gusta trabajar o por que nacieron pobres y no pueden salir de su realidad, este tipo de pensamientos los margina e incluso ciertos grupos se los llegan a creer y por eso buscan el camino fácil –y aclaro que no es justificación- sólo puntualizo que por eso podemos ver como en México los índices de delincuencia han crecido. Yo me retiro con una pregunta y un dicho; ¿No es igual de culpable el que ignora un problema como el que disfruta del problema? O como dice el dicho público, “Tanta culpa tiene él que mata a la vaca, como él que le jala la pata”.

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Te libero de mí

“Te libero de mí, de mis males, de mi malgenio, de los domingos por la tarde en donde nunca puedo más, del odio a mis cumpleaños, de no saber cómo hacer para regalarte algo que no pierdas.  Te libero de mi desengaño, de tu karma, de mis novedades, de la contradicción que represento. Te libero de mis llamadas que te saben a autocompasión, de mis enredos, de mi cabello suelto, largo, sin peinar.  Te libero de mi consciencia, del desconcierto a fin de mes, de la caída, de la llegada, de mi huida inevitable. Te dejo libre para que me dejes, para que me veas de lejos y me quieras, menos.” — Mario Benedetti